lunes, 26 de octubre de 2015

Repasa la numeración romana de esta manera tan divertida

domingo, 25 de octubre de 2015

¿Conoces la canción del Cola Cao?, ¿sí? Pues utiliza la melodía para cantar ahora la letra de la canción de "La Castañera". Verás que divertido:

Yo soy la castañera, 
castañas te vendo yo
son ricas y redonditas
todas de color marrón.

Te puedo vender una,
te puedo vender dos,
con ellas te regalo
alegría e ilusión.

Y cuando llega el otoño,
salimos  a pasear,
y con las ricas castañas
tus manos calentarás.

¡Ahhhhhh! 

Ahora atiende este  cuento tan bonito y popular típico  del  otoño.

sábado, 24 de octubre de 2015

La castaña es el fruto de un árbol llamado castaño, que tiene propiedades inherentes a los cereales. Se cultiva en la práctica totalidad del Mediterráneo europeo, así que su consumo está muy vinculado a lo que llamamos la “cultura mediterránea”. La forma en la que se consume es muy variada, pues hay quien la prefiere cruda, por su frescura y dulzor, o quién le gusta más asada, por ser más tierna y calentita. Pero hay muchas otras maneras que resultan igualmente atractivas al paladar, por ejemplo, pilonga y guisada, existiendo la variedad glaseada que es muy solicitada por los más exquisitos y golosos. La forma más popular es, sin lugar a duda, asada, y podemos encontrar un puesto donde las preparan a la vuelta de la esquina de cualquier ciudad española durante el otoño. Los puestos donde las asan artesanalmente, se reconocen muy fácilmente por la inmensa columna de humo blanco que levantan sobre las aceras así como por el atractivo olor que generan, y que a todos nos hace sentir el otoño en el cuerpo.  

Castañeros preparando las castañas asadas en el patio del CEIP Profesor Tierno Galván
            Para asar las castañas tenemos que hacerle un pequeño corte en la piel, con el fin de evitar que se revienten una vez que las hemos puesto a asar. El truco que utilizan muchos castañeros, para poder preparar el mayor numero de castañas, es el de dar un ligero martillazo a cada castaña mientras se apoya sobre una cuña de hierro que actúa a modo de cuchillo. Por otra parte, las castañas pilongas, que son muy sencillas de reconocer por su marcado color amarillo y su mayor dureza, no son más que el producto de dejar secar las castañas cuando están frescas. Entonces, el fruto se va reduciendo de tamaño, despegándose lentamente de la cáscara y desprendiéndose de la piel interior que la recubre, y que tiene ese desagradable sabor amargo que a casi nadie gusta. Las pilongas tienen la ventaja de que pueden conservarse durante mucho tiempo, razón por la cual son tan solicitadas para cocinar algunos platos, sobre todo los guisos.
            Las primeras castañas comienzan a aparecer en otoño. Cuando las vayamos a comprar, deberemos asegurarnos de que su piel sea brillante, lo cual nos asegurará de que están frescas, además tendremos que comprobar que no tengan golpes ni rugosidades, con el fin de evitar que el fruto esté amargo o con mala presencia. Su consumo es astringente y muy recomendado para aquellas personas que padezcan hipertensión. Son muy ricas en hidratos de carbono, como las patatas, y con un alto contenido en agua, de aquí que se emplearan en la cocina, antes de que las trajera Colón de América, igual que las patatas. Entre las sustancias minerales que aportan al organismo podemos destacar el fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio y cobre, tan esenciales para que el cuerpo humano esté convenientemente fortalecido. Pero, por si todo esto fuera poco, también sabemos que nos aportan una considerable cantidad de vitamina B y ácido fólico. Son un auténtico contenedor energético y vitamínico que nos ofrece la Naturaleza.
            A partir de la castaña se fabrica un tipo de harina que tiene un gran valor nutritivo y que se prescribe, por los médicos nutricionistas, para los estados carenciales o bien para las personas mayores que tienen dificultades en masticar y que necesitan un fuerte aporte vitamínico. ¿Quién no ha caído, en alguna ocasión, en la tentación de comprar un cartuchito de castañas calentitas para metérselas en el bolsillo e ir comiéndolas, poco a poco, mientras camina por las calles en una fría tarde de otoño?, ¿es que hay algo más otoñal que un buen cartucho de castañas asadas compartidas con los amigos, o con la familia, recorriendo las calles de la ciudad? Esas castañitas olorosas, otoñales, tostadas, crujientes, que dejan entrever por las rendijas agrietadas de su cáscara morena, ese tono amarillento de su fruto, sugerente, ofreciéndose para que disfrutemos de su sabor.
El alumnado de 4ºA disfrutando de sus cucuruchos de castañas asadas
            No te lo pienses más y pruébalas tal  y como hemos hecho nosotros en el CEIP Profesor Tierno Galván el pasado jueves, si todavía no lo has hecho, y disfruta del fruto del preciado castaño, que se muestra tan celoso de su producto que antes de que se escape de sus ramas, lo recubre y protege con una envoltura de púas, muy punzantes y dolorosas, de manera que es casi imposible recogerlo. Solamente cuando la castaña madura y cree que ya es tiempo para su consumo, entonces revienta la envoltura que lo protege y se nos ofrece generosa para que disfrutemos de ella. Así es la Naturaleza, ella misma te entrega todo lo que tiene sin que tú le pidas nada. Así que ya lo sabes, si quieres tener una vida sana cuida la Naturaleza y los castaños.